Hace muchos, pero muchos años (no vayan a pensar que esta historia es de ahora) en una calle del centro de Symmachia, había una venta donde servían un buen vino.
Era tal la fama del vino que de todos los lugares del reino llegaban caballeros que visitaban la ciudad con la única idea de probar tan delicioso caldo.
Cuentan que un día fue tal la demanda que se agotaron todas las garrafas y solo quedó una.
-¡Una única garrafa de 5 litros! ¿Qué voy a hacer? Dijo el ventero.
Entonces, de esa garrafa de 5 litros llena de vino sacó un litro y lo sustituyó con un litro de agua.
Lo mezcló bien y pensando que todavía no le va a alcanzar el vino, vuelve a sacar un litro de la mezcla para luego echar de nuevo un litro de agua, con lo que la garrafa sigue estando llena.
Aún así no está conforme, y por último decide volver a sacar de la garrafa otro litro de líquido y rellenar con otro litro de agua.
De esa manera tiene guardados en 3 botellas 3 litros de buen vino y en la garrafa queda una mezcla de agua y vino.
Pero, el ventero se pregunta…
En la garrafa de 5 litros… ¿Qué hay más, vino o más agua?
